Los reptiles se necesitan recalientan todo el día bajo el sol, para cojer energias y para digerir las algas que han comido. Por la noche se apelotonan para pasar menos frio y aguantar el calor corporal que les quede entre ellos.
Solo los machos más valientes se atreven a ir al agua congelada para coger la comida. Y luego se buelven a tierra firme para recalentarse, entrar en calor y digerir bien la comida.
Las rocas más grandes y altas son las que recojen más el calor. Por eso las hembras siempre escojen al macho con la roca más grande.
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